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conflictos

Al contrario de lo que mucha gente puede pensar, las lonjas no son un foco de problemas o conflictos. Son muchos los mitos y leyendas que se cuentan sobre las lonjas. Sin embargo, miembros del Ayuntamiento, Gizagune y de la Asociación de Vecinos de Bilbao explican que no es habitual que haya problemas con los jóvenes

La mayoría de los vecinos parece no tener ningún tipo de problema con estos locales. Según Francisco Javier, Presidente de la Federación de las Asociaciones Vecinales de Bilbao "generalmente no hay conflictos entre los jóvenes y los vecinos".
 

No niega que pueda haber algún problema, aunque no es la regla general, "la mayoría de los altercados han sido, como en todos los casos, por ruido -comenta- puede que haya gente que toca música, algún grupo ensayando en alguna ocasión… aunque no se dan muchos casos". Además, hay algunas asociaciones vecinales que tienen relación con grupos de jóvenes. Se podría decir que hay una especie de coordinación en la que trabajan juntos varios grupos.
 

La imagen que dan estas asociaciones es de gente adulta, de jubilados. Hay un obstáculo generacional, cada uno tiene su propia autonomía y realiza sus actividades. Según Francisco, "la gente joven prefiere compromisos más localizados, no solo diversión y música. Tienen unos problemas que una persona mayor ya los tiene resueltos: está buscando trabajo, pareja…".

Fundación Gizagune

Mitos y conflictos



Por otro lado, es evidente que con el tema de la juventud siempre ha habido "estigmas y miedos". Desde siempre ha habido diversos mitos relacionados con las lonjas juveniles. Sabin explica que "esto se da porque no se conoce, y porque tampoco nadie se ha puesto a escuchar lo que los jóvenes quieren".  Son muchos, sobre todo los más mayores, los que tienen una imagen del joven fiestero, que no estudia, ni es responsable… Sin embargo, muchos de ellos cuando tienen que estudiar, estudian, si tienen que salir, salen. Porque una cosa no quita la otra, ni que sean responsables. "Esta desmitificación se tiene que dar entre todos, y poco a poco", pide el concejal.

Sabin Anuzita

Según Ana Orozco y Yolanda Muñoz, de la Fundación Gizagune, “aunque en el ámbito de las lonjas juveniles se den muy pocos conflictos, existen dos planos, el real y el imaginado”.

El plano real hace referencia a "los problemas de convivencia que se pueden generar con los vecinos", como lo son el ruido o la ocupación del espacio público. Dicen que a veces "la gente va más allá del local", aparcan los coches, las motos...  Además, algunas no tienen baño y pueden mear fuera, pero estos casos son muy pequeños.

El plano imaginado (los mitos), por otro lado, es la leyenda negra que tienen las lonjas. Se dice que para muchos son "un desenfreno de drogas, sexo y rock and roll". Nada de esto tiene que ver con la realidad de estos locales. Es verdad que hay lonjas que montan pollo y en las que se consumen drogas, "pero es la excepción", aseguran.





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